El afán por la delgadez está causando estragos en la salud de la juventud del mundo entero. Luego de conocida la noticia del fallecimiento de, al menos, dos modelos -una uruguaya y otra brasileña-, ambas víctimas de anorexia, los trastornos de la alimentación han vuelto a estar en las primeras planas de todos los medios.
"Los trastornos alimentarios en su conjunto implican una alteración del esquema corporal", afirma la psicóloga Beatriz Goldberg en su libro Tengo un hijo adolescente, ¿qué hago?. "El obeso pierde su esquema corporal, pierde contacto estrecho con su verdadero cuerpo.
Evita mirarse en los espejos, se imagina como no es, rehusa fotos y verse reflejado en las vidrieras", continúa la especialista. El fantasma de la obesidad es alejado, a veces, por medio de otras dos disfunciones alimentarias.
Una de ellas es la anorexia, "que puede ser definida como una restricción alimentaria que no puede ser manejada a voluntad", afirma Goldberg. Es mucho más frecuente entre las mujeres que en los hombres y se da, especialmente, entre los 13 y los 17 años.
Este trastorno puede ser a veces detectado por algunos síntomas paralelos. "La adolescente anoréxica tiene algunos rituales obsesivos referidos a la comida: separa prolijamente la grasa de los alimentos, los corta pequeños, selecciona cada bocado, agrupa los trozos de comida en una esquina del plato, desaparece cada vez que sus padres le avisan que la comida está servida".
Según Goldberg, "por lo general, es más vulnerable a la anorexia quien proviene de una familia en la que el orden y la perfección son considerados valores muy importantes, por lo que ha crecido en un clima de obligación y restricción".
La bulimia, en tanto, es menos evidente que la anorexia. Según especialistas de la Fundación para la Mujer y los Trastornos Alimentarios, Docencia, Investigación y Prevención (Fumta-dip), la bulimia produce desarreglos en el comportamiento y en la ingesta alimentaria con la alternancia de períodos de compulsión para comer (atracones) con otros de conductas compensatorias inadecuadas (dietas abusivas, provocación de vómitos, ingesta de laxantes o de diuréticos, etcétera).
Nada saludable por cierto, ya que, según un informe del Hospital Italiano de Buenos Aires, tanto la bulimia como la anorexia nerviosa son males crónicos, que causan la muerte al 15 por ciento de las personas que las padecen.