Perfiles emocionales - La carencia

"Mis necesidades no serán satisfechas"

La creencia central de este perfil es que no podemos satisfacer nuestras necesidades, y mas alia de lo que obtengamos, eso no sera suficiente.
Una de mis pacientes, hija de padres alcohólicos, sentía que la ignoraban cuando era pequeña. "El mensaje que recibí en la infancia fue que cuando uno pide lo que desea, nadie lo escucha. Eso hace que me cueste pedir lo que quiero en mi matrimonio", decía.

Este perfil suele darse cuando uno de los padres o ambos están tan concentrados en sí mismos -ya sea por su traba-io. sus propias desgracias, o sus constantes preocupaciones-que no notan las necesidades emocionales de sus hijos ni se preocupan por ellas. Las emociones centrales de este perfil son la tristeza profunda y la desesperanza. Uno de mis pacientes se esforzaba al máximo por hacerles favores a los demás y se sentía herido porque casi nadie parecía ser tan atento o cuidadoso con él, pero no manifestaba sus necesidades.

Era como si él esperara que la gente leyera su mente y percibiera sus necesidades a través de una fachada de que estaba todo bien. Otro de mis pacientes se volvió tan demandante que ahuyentaba a la gente. El mismo perfil con distintas reacciones, pero en ambos casos con igual resultado: la desilusión. Ser conscientes de este perfil permite que la carencia deje de funcionar como un piloto invisible. Quizá también necesitemos tomar conciencia de la tendencia propia a distorsionar el modo en que interpretamos las acciones de los demás. Si una persona cree que la gente sólo quiere obtener cosas de ella, debe aprender a cuestionar ese pensamiento, para comprobar que la gente quizá disfrute de su compañía sin esperar nada más. Es posible realizar cambios de conducta empezando a comunicar nuestras necesidades de manera clara y apropiada, o buscando compañeros que estén emocionalmente disponibles.

La información contenida en este articulo tiene una función meramente informativa. Ante cualquier duda consulte a su medico o terapeuta .
Fuente: Tara Bennet-Goleman

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