Este perfil se caracteriza por el terror de que la gente que más amamos nos deje, lo que provocaría nuestro derrumbe. "Tenía 3 años cuando mi padre tuvo un ataque al corazón. Desde ese momento me he sentido sola. Mi madre estaba siempre muy ocupada tratando de que todo funcionara bien y viajando por trabajo. También me sentí abandonada por ella. Desde esa época me desesperaba por tener garantías de que la gente no iba a dejarme. Incluso ahora, cuando las personas hacen algo que se insinúa como un abandono, como no devolverme un llamado enseguida o llegar tarde, me siento herida y luego me pongo triste.
A veces, sólo quiero no insistir más con esa relación". El temor progresivo a que "la gente vaya a dejarme sola" se encuentra en el núcelo del abandono. Puede tener su origen en una experiencia real de abandono -la muerte de uno de los padres, por ejemplo- o en un abandono simbólico de un padre que era inestable o emocionalmente distante. La respuesta automática de un niño a ese miedo es, claro, aferrarse más. Pero aferrarse a los demás no resulta apropiado cuando, como adultos, el mismo miedo surge una y otra vez en nuestras relaciones. Alguien que tiene este perfil quizá tema que, ante el menor movimiento que haga, su pareja la abandone. O tal vez se adapte huyendo de las relaciones antes de salir lastimada.
Para evitar estar sola, esa persona quizás esté siempre buscando alguien a quien aferrarse. La desesperación la llevará a presionar demasiado en una relación de pareja, a desear pasar cada minuto junto al otro. Tal vez se enoje más de la cuenta por una corta separación, como un viaje de negocios de un día. Esta tendencia a aferrarse puede ahuyentar a su pareja.
Las personas que experimentan temor al abandono deben aprender que no van a derrumbarse si alguien las deja. También necesitan estar atentas a los temores que incluso el abandono simbólico genera: la hipersensibilidad ante una separación, el terror de estar aislado. Ser consciente de esto ayuda a rastrear este perfil y evita que maneje nuestra vida.
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Ante cualquier duda consulte a su medico o terapeuta .
Fuente: Tara Bennet-Goleman