Combatiendo la escoliosis

Las jóvenes víctimas de la escoliosis —una curvatura lateral de la columna vertebral— pueden optar por no usar corsés correctores, gracias a un nuevo procedimiento de estimulación eléctrica. En pruebas clínicas recientes, los estimuladores eléctricos demostraron un 80 por ciento de efectividad para detener el proceso de encorvamiento y, en algunos casos, redujo las curvaturas. También se ha logrado progreso en el tratamiento de adultos que sufren de este problema, a través de un programa de ejercicios y técnicas de cirugía mejoradas.

La escoliosis afecta a millones de jóvenes, especialmente niñas, entre los 12 y 15 años de edad. Si el problema no es corregido, puede llevar a desarrollar artritis degenerativa de la columna y problemas en los discos, que pueden causar dolores de espalda severos e incapacitar al niño cuando crezca. La aflicción también puede ocasionar efectos sicológicos, originando un sentimiento de rechazo y aislamiento en las víctimas.
Es importante que este defecto se detecte temprano, para poder iniciar el tratamiento correspondiente lo antes posible. Examine la espalda de su niño cuando está parado derecho. ¿Un hombro está más alto que el otro? ¿Se inclina más hacia un lado? Cuando sus brazos están sueltos, pegados al cuerpo, ¿la distancia entre el cuerpo y el brazo es mayor en uno de los lados? A continuación, haga que el niño se doble hacia adelante, con los brazos sueltos y las palmas rozando las rodillas. ¿Puede ver una joroba en el área de las costillas o cerca de la cintura? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es afirmativa, debe llevar al niño a una consulta médica.

El método de estimulación eléctrica consiste en un aparato operado con baterías que envía señales a los músculos de la espalda, haciendo que la espina regrese a su sitio, en la parte convexa donde se presenta la anormalidad. Otro tipo de estimulación envía señales a los discos de la columna.

Aunque este método está comenzando a ser muy popular y efectivo, el procedimiento tradicional de usar corsés correctores y hacer ejercicios suplementarios continúa siendo la norma para corregir este defecto. El corsé se usa hasta que la estructura ósea del niño o niña madure, lo que ocurre en los últimos años de su adolescencia.
Gracias a la tecnología de las computadoras, ahora va a ser posible determinar si un niño padece de este mal sin tener que recurrir a los rayos X. De esta manera también se puede apreciar el progreso evolutivo del paciente sin tener que someterlo a radiaciones innecesarias.

La información contenida en este articulo tiene una función meramente informativa. Ante cualquier duda consulte a su medico o terapeuta .

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