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Historia

Perfumes - Secretos de un arte antiguo y lucrativo


Un calido día de verano, hace aproximadamente 400 años, la reina de Francia, sedienta, paró en un pueblo de la Riviera y pidió que le diesen de beber algo fresco. Le ofrecieron un vaso de agua perfumada con flor de azahar, y quedó tan complacida con aquel líquido de dulce aroma que mandó a un químico prepararle tantos aromas como variedades de flores hubiera en los alrededores de la aldea, para que sus cortesanos pudieran utilizar uno distinto cada día. Con esa orden sencilla, la soberana, Catalina de Médicis, puso de moda el uso del perfume casi de la noche a la mañana, y Grasse, aquel pueblo del sur de Francia que goza de clima y suelo ideales para la floricultura, llegó a ser el centro de una industria mundial.
En nuestros días los aromas lo tocan todo; desde los productos para perfumar el ambiente hasta las cremas de afeitar; desde los detergentes hasta los aerosoles, y los hombres gustan de ellos casi tanto como las mujeres. (Hace diez años los perfumistas de Grasse destinaban del dos al tres por ciento de su tiempo a elaborar productos para hombre; este año, les dedican del 30 al 40.)

Una fragancia determinada se crea mezclando aceites (naturales o sintéticos) que le dan su carácter especial (floral, de hojas, madera y musgo, "oriental", de especias, de frutas o una combinación de estos tipos básicos). Para "fijar" un aroma se utilizan diversas sustancias químicas, entre las cuales tal vez la más conocida es el ámbar gris, especie de goma grisácea que se extrae del intestino de la gran ballena llamada cachalote.
En un buen perfume se utilizan ingredientes que proceden del mundo entero, y en cantidades increíbles. Se necesitan aproximadamente 1.225.000 rosas, por ejemplo, para producir medio kilo de aceite esencial de rosa, base de ciertos perfumes. La bergamota, variedad de lima aromática cuya corteza se utiliza en algunas fragancias, se da únicamente en un lugar: una región de 28 kilómetros cuadrados y medio del sur de Italia; y de aproximadamente 100 kilos de bergamota
se obtienen apenas 550 gramos de esencia.

El jazmín, ingrediente de la mayoría de los perfumes más finos del mundo, presenta problemas aun más complejos. La flor tiene que cosecharse a temprana hora del mismo día en que se va a utilizar, porque su fragancia se debilita a medida que el Sol asciende sobre el horizonte. Después de cortar las flores, se les extrae el aceite hirviéndolas en agua o en grasa, o bien mezclándolas con un disolvente volátil, como el éter de petróleo. Pero el mejor método de extracción, y también el más costoso, es el enfleurage: se extiende una gruesa capa de grasa animal en una serie de marcos de vidrio; se esparcen las flores en los marcos, que luego se amontonan unos sobre otros en forma hermética. Las flores se remplazan cada semana durante la temporada de la recolección (de fines de julio a fines de octubre); se retira y se filtra esa grasa que ha absorbido el aceite floral. Se necesitan 800 kilos de flores para extraer un litro de aceite de jazmín puro por el método del enfleurage. ¡Con razón llega a costar en la actualidad el equivalente de 7000 dólares el litro!

Los laboratorios instalados en los alrededores de Grasse, donde se mezclan los ingredientes de los perfumes, parecen hospitales. Los técnicos visten batas blancas y trabajan entre anaqueles y mesas llenas de pequeñas redomas, balanzas y cuentagotas para medir los costosos líquidos. Un buen perfumista puede idear una nueva fragancia y anotar la fórmula en un papel, de igual manera que un compositor de música crea una melodía sin siquiera acercarse al piano. Debe conocer muy bien más de 2000 olores diferentes, y una fórmula acaso requiera de 50 a 60 ingredientes básicos.
El producto de perfumería de uso más antiguo es, probablemente, el 4711 (su nombre procede del número de la casa en que vivió su primer fabricante, en Colonia, Alemania). Cuando los soldados franceses ocuparon esta ciudad a fines del siglo xvín, se disputaban la adquisición de la famosa eau de Cologne.

Muchas de las grandes dinastías de perfumistas (Houbigant y Guer-lain en Francia, Yardley en Inglaterra) se fundaron por aquella misma época, pero la mayoría de las fragancias que más se venden actualmente en el mundo fueron lanzadas por las casas francesas diseñadoras de modas: Arpége por Lanvin, Femme por Rochas, Miss Dior por Dior, Joy por Patou, y Chanel Número 5, el decano de la perfumería y el de mayor venta de todos, por Chanel. Hace 50 años un perfumista ruso ofreció a la diseñadora "Coco" Chanel varias fórmulas; ella las olió una tras otra y se decidió por la quinta como la mejor. De ahí el nombre de este perfume.
El "impacto del aroma es muy sutil. El olfato es quizá el más primitivo de nuestros sentidos, y tiene efectos profundos en la conducta humana. Los sicoanalistas saben que un aroma puede revivir recuerdos o asociaciones de ideas largo tiempo olvidados. Sin duda, el perfume induce al placer sensual. Cómo afecta el espíritu de la mujer o las ideas del hombre, es cuestión tan etérea como los sueños. Un poeta y filósofo francés lo expresó en pocas palabras: "Para mí, una mujer que no usa perfume no tiene futuro".


Fuente: Selecciones 12/74 - Virginia Kelly
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