Hay muchos consejos para la memoria que pueden ser aprendidos. Cuando falla lo asociamos con la edad o problemas muy serios de salud, pero no hay que asustarse sino entrenarse. Cuando dudamos que la dificultad está en hacer entrar datos en la memoria —por ejemplo, el nombre de una persona que acaban de presentarnos, un teléfono que leemos para discarlo enseguida— el secreto está en la atención. Para guardar un recuerdo hay que invertir en tiempo o en intensidad. Esto se entendería así: usted puede nombrar varias veces a esas personas que acaban de presentarle en el transcurso de una conversación. O charlar un par de minutos con ella sobre el significado de su nombre, el origen de su apellido, su barrio o cosas por el estilo.
El teléfo no puede requenr otras técnicas. Una: escribirlo, lo fijamos también desde lo visual. Repetirlo en voz baja para hacerlo desde lo auditivo o separarlo en partes. Dividir la información la hace más manejable.
Muchos expertos en mejoramiento de la memoria apelan a la visualización creativa, sobre todo para aquellas personas que se olvidan cosas de todos los días y cuando no alcanza con poner atención o respetar aquello de un sitio para cada cosa (una ley de oro para los despistados crónicos y "pierdetodo"). La visualización creativa consiste en imaginar aquello que no queremos olvidar para grabarlo bien.
Como si fuera un músculo, la memoria necesita no sólo gimnasia localizada —retener un determinado dato— sino también rutinas que mejoren el estado general. La lectura, el ajedrez, los juegos de cartas, los crucigramas y los "rompecabezas" son sesiones de gimnasia intensa para la memoria, incluso los cálculos mentales de matemáticas son excelentes ejercicios para toda edad.
Hoy no hay pastillas que mejoren la memoria. Sólo algunos "alimentos cerebrales" como el fósforo, el ginseng, el magnesio y sobre todo, una dieta equilibrada benefician nuestro almacén de recuerdos al nutrir al cerebro en general. La clave sigue siendo mantener la mente activa. A nadie le gusta vivir pendiente de una agenda o de listas interminables, que también, si la memoria no está cero kilómetro pueden olvidarse. Y no olvidar además que: a quienes pasaron los 60 les conviene saber que por el envejecimiento es normal que decline la memoria. Sólo si notamos que los olvidos se repiten y se tornan imposibles de dominar, hay que recurrir al médico.
La información contenida en este articulo tiene una función meramente informativa.
Ante cualquier duda consulte a su medico o terapeuta .
Fuente: Semanario Link
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