Los comienzos del Backgammon están sumidos en un fascinante misterio sobre el que se han tejido las más variadas hipótesis como consecuencia de su extensa historia, que siendo un milenio anterior al ajedrez ya cumplió 5.000 años de vida. Antiguamente muchos sacerdotes de tribus arrojaban huesos con la finalidad de conocer acontecimientos futuros, y es posible que sea éste el origen de los actuales dados e indirectamente de muchos juegos donde interviene el azar. En la zona donde actualmente está emplazada Irak fueron descubiertos por arqueólogos -en un cementerio real que data de 5.000 años- unos tableros finamente realizados que pueden ser considerados los antecesores de los actuales de Backgammon. -
En el antiguo Egipto también se jugaba a otro predecesor, e incluso en la famosa tumba de Tutankamon -en el Valle del Nilo- se hallaron varios tableros. En sus comienzos sólo era practicado por faraones y la realeza, posiblemente debido al conocimiento que se debe tener sobre las probabilidades matemáticas, las cuales la gente del pueblo en su mayoría no dominaba. Los griegos, por su parte, también estaban atraídos por este juego e incluso Hornero lo mencionó en «La Odisea». Otras corrientes históricas atribuyen su invención a los persas y dicen que los 12 picos de cada jugador representan los meses del año y que el número de fichas total, o sea 30, corresponden a los días de cada mes. La realidad es que, a ciencias cierta, no se conocen con exactitud sus orígenes, pero de lo que sí se puede estar seguro es de la gran popularidad que gozaba el Backgammon dentro del ejército de Ricardo Corazón de León, quien junto a su aliado Felipe de Francia se vio obligado a prohibir el juego por dinero a los que tenían rangos inferiores a Caballero entre sus tropas, so pena de ser azotados.
Muchos tableros de Backgammon traen al reverso otro de ajedrez, dado que en la Edad Media eran los juegos que gozaban de mayor popularidad entre la realeza europea.
Sus reglas son fáciles de comprender, pero su correcta ejecución es un verdadero arte: para lograr un buen nivel de juego es menester conocer las leyes de las probabilidades, ser astuto, entender las sutilezas del juego, si es posible conocer la psicología del adversario y, por supuesto, contar con el apoyo de las musas de la buena suerte.
Pequeña batalla
Muchos consideran que este juego es la representación de una contienda entre dos ejércitos, donde se deben ir logrando posiciones ofensivas pero sin descuidar la defensa, donde la estrategia, el ritmo y equilibrio se conjugan en un mar de sutilezas y riesgos que deben asumirse si se aspira a ser un buen jugador.
Antiguamente se lo llamaba «Tables» (mesas). El origen del término Backgammon puede ser atribuido a la lengua galesa, ya que en la misma «bach» significa pequeño y «cam-maun», batalla.
El juego puede imaginarse como una pequeña batalla y no es de extrañar que el emperador Claudio fuese tan aficionado al Backgammon dada su condición de guerrero, tanto que llevaba un tablero en su carro para poder jugar durante
los largos viajes de sus campañas. El Backgammon es un juego en el que generalmente participan dos contendientes, utilizando un tablero o campo de batalla dividido en cuatro cuadrantes, cada uno de ellos con seis triángulos largos o picos.
Cada jugador posee 15 fichas -también llamadas hombres- distribuidas en posición inicial que, de acuerdo a los números sacados con dos dados, van trasladando a los hombres hasta distintas posiciones. De esa forma, imitando una batalla, las fichas se van cruzando con las del oponente y en el caso de que alguna caiga sobre una enemiga solitaria, puede golpearla y ésta deberá recomenzar la travesía. El objetivo del juego es llevar todas las fichas al cuadrante propio y lograr sacarlas antes que el adversario. En épocas remotas la Iglesia intentó erradicar el Backgammon en una lucha que se prolongó durante más más de 300 años.
En 1526 un cardenal llamado Wolsey dictaminó que todos los juegos de dados y cartas debían ser quemados y asi fue que surgieron -gracias a los artesanos- unos tableros parecidos a los actuales y plegables, que antiguamente simulaban ser libros y hoy portafolios, muy semejantes a los que suelen verse entre los corredores de bolsa de Wall Street, muy adeptos a este juego. El Backgammon consta desde hace unas pocas décadas con un quinto dado llamado doblador, que sirve para duplicar los puntos en disputa y es de uso alternativo entre los jugadores. Su utilización no es tan simple como parece a primera vista y le ha otorgado al juego una dimensión mayor a la que ya poseía.
Azar y habilidad
La relación entre azar y habilidad en el Backgammon es un tema de discusión permanente, ya que los que ganan dicen que es producto de su gran pericia, y los que pierden atribuyen sus derrotas a la mala suerte. Lo que es innegable es que pocos juegos de habilidad posibilitan que un aprendiz avance tan rápido al punto que le permita vencer a un experto, y esto es justamente lo que lo hace tan atractivo y divertido. Este juego que tan equilibradamente combina la habilidad con el azar y donde cada rodada de dados insta a elegir, evaluando entre riesgos y seguridad, ha llegado a nuestros días cobrando más y más adeptos dada la facilidad de aprendizaje y su fácil adaptación a formas de torneos. El Backgammon es un juego cosmopolita, ya que se puede disputar con cualquier persona aún sin conocer su idioma. De hecho existen clubes internacionales en el ciberespacio, donde a toda hora hay adeptos a este juego dispuestos a dar batalla.