Cuando el médico diagnostica una enfermedad reumática como la artritis, la artrosis o la gota, el paciente experimenta un cambio de vida. Desde ese momento, podrá pensar en recuperarse y en estar mejor. Pero también deberá aceptar que tendrá que ganarle al dolor. Sin tratamiento, levantarse y comenzar a moverse es ya un problema que enturbia la mañana. Pero si bien todas entran en el concepto general de "enfermedades reumáticas" y tienen como común denominador al dolor, vale la pena detenernos unas palabras en cada una de ellas. La artrosis es una enfermedad crónica de las articulaciones, caracterizada por el deterioro del cartílago y del hueso adyacente.
Si bien es un proceso que comienza muchos años antes, la artrosis cursa sin síntomas hasta que se manifiesta con dolor articular y rigidez. La artritis reumatoidea es una enfermedad autoinmune de la membrana sinovial, que es la estructura de tejido blando que cubre la articulación y fabrica el líquido sinovial. Por motivos que se desconocen, el propio organismo produce inflamación de las articulaciones (generalmente incluyendo manos y pies), con hinchazón, dolor y, a menudo daño del interior de la articulación. Finalmente, la gota es un trastorno caracterizado por ataques repentinos y recurrentes de artritis causados por la acumulación de cristales de Urato en las articulaciones secundario a el aumento en sangre de los niveles deácido úrico.
La característica común tanto de la artrosis como de la artritis reumatoidea y de la gota, enfermedades que en conjunto afectan a más de 700 mil argentinos, es, sin ninguna duda, el dolor. La artritis y la artrosis no tienen por el momento cura definitiva En ese aspecto, el tratamiento del dolor es lo que le permitirá al paciente retomar sus actividades y tener una mejor calidad de vida. Pocos días atrás una paciente me confesaba: "Así como ustedes se ponen un saco para salir, nosotras ponemos en la cartera un arsenal de antiinflamatorios y medicamentos para poder encarar el día."
Recientemente se presentó el etoricoxib, un nuevo antinflamatorio de acción específica, que con una sola toma diaria disminuye eficazmente el dolor y la inflamación con un buen perfil de seguridad. Hace efecto en 24 minutos y dura casi 24 horas. Pertenece a la clase de los inhibidores de las enzimas COX-2, un grupo de analgésicos antinflamatorios que actúan específicamente sobre el mecanismo del dolor sin afectar otras funciones, especialmente gastrointestinales. En las investigaciones previas participaron centros argentinos, y los resultados fueron alentadores. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer. Y es importante destacar que estas enfermedades son crónicas, y que los pacientes no deben desatenderlas. La consulta sistemática con el médico reumatólogo, y el seguimiento de sus recomendaciones, que suelen incluir fundamentalmente programas de ejercicios y cambios en la alimentación, además del acompañamiento farmacológico, son los pilares indiscutibles para mantener bajo control la enfermedad, mejorar nuestra calidad de vida, y por último aunque no menos importante, ganarle la batalla al dolor, ese dolor tan temido con quien no tenemos por qué convivir día a día.
La información contenida en este articulo tiene una función meramente informativa.
Ante cualquier duda consulte a su medico o terapeuta .
Fuente: Caras - Guillermo Tate Link
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