Desde que los fenicios inventaron el dinero como instrumento de cambio, ríos de tinta se han derramado sobre el tema. Ahora, hasta existe un filósofo que dedica su tiempo a reflexionar sobre la importancia del dinero en nuestra realización personal, en la felicidad y en una existencia plena. Jacob Needleman (64) es un profesor de filosofía de la Universidad de San Francisco y acaba de publicar un libro llamado: El dinero y el sentido de la vida. Entre otros conceptos, el autor señala que nuestro tiempo se caracteriza precisamente por atribuir al dinero y al poder económico una influencia decisiva y omnipresente en la vida de las personas. Por eso es importante plantear el tema, ya que "si hoy uno no sabe de qué manera está parado frente al dinero, simplemente no se conoce a sí mismo". Siempre es mejor entender nuestra relación con el dinero, en vez de dedicarnos únicamente a conseguir más. Sin embargo, es importante saber que el dinero no es un fin en sí mismo. Y, como todo medio, no es bueno ni malo, sino en función del destino al que lo apliquemos. Así como un bisturí en manos de un cirujano puede salvar una vida, y suprimirla si cae en manos de un asesino, la riqueza puede construir o destruir al ser humano.
El error consiste en atribuirle beneficios que es incapaz de ofrecer. Así, el dinero puede comprar sexo, pero no amor; compañía, pero no amistad; fama, pero no prestigio. Los verdaderos valores de una persona no dependen de lo que tiene, sino de lo que es. De este modo, el bien-estar es una consecuencia del bien-ser. En la actualidad, gracias al desarrollo explosivo de la tecnología, hay gente que se vuelve inmensamente rica en poco tiempo. Bill Gates, el hombre más rico del mundo, amasó una fortuna de 50 mil millones de dólares en sólo 15 años.
Esta velocidad puede actuar en la persona como una droga y aumentar su ego haciéndole creer que es una especie de dios y está por encima de los demás. Needleman opina que es el primer paso hacia una forma de locura, y la antesala de una tragedia. En la Argentina, el supermagnate Yabrán , dueño de una inmensa fortuna, terminó quitándose la vida para no someterse a la justicia.
En síntesis: el dinero no nos puede hacer mejores, pero puede darnos los medios para superarnos. El rol del dinero en una vida exitosa es servir de instrumento para llevar una vida plena, para encontrar la sabiduría, para ayudar al prójimo. Después de todo, "rico no es el que mucho tiene, sino el que poco necesita. Y añadimos: el que está contento con lo que es y con lo que hace de su vida".