Si usted ha pensado en dejar de fumar, vale la pena saber que la leche puede resultar un óptimo sustituto del cigarrillo. Según recientes investigaciones, está comprobado que la leche tiene, en su composición, cierto elemento capaz de garantizar la sensación de saciedad a quien la bebe, retardando y, consecuentemente, inhibiendo la necesidad de fumar. Además de eso, también logra aliviar los males causados por la nicotina, porque funciona como un excelente desintoxicante que limpia todo el organismo.
Para quienes no logran adaptarse a la leche, lo mejor será recurrir a sus derivados: quesos, ricotta, yogur, manteca, nata y quesos untables. Finalmente, rica en vitaminas, calcio, fósforo y proteínas, la leche asegura su salud, fortaleciendo incluso el sistema óseo; sólo para tener una idea, 100 gramos de leche contienen 3,5 g de grasa, 3,25 g de proteínas, 0,115 g de calcio y, apenas 62 calorías.
Ahora, si usted es de las personas que aseguran que sólo el cigarrillo relaja, adelgaza y alivia tensiones, con seguridad está olvidando que nada mejor que una copa de leche tibia antes de ir a dormir, para lograr sumergirnos en un delicioso y profundo sueño. Se ha comprobado científicamente que, como arma potencial, no combate el insomnio, la depresión y el estrés, más bien actúa como un relajante natural para las tensiones cotidianas.
De una vez por todas, intente dejar de fumar sustituyendo un cigarrillo por una copa de leche y así cambiará, poco a poco, las perjudiciales aspiraciones de humo por más salud. Si usted no lograra adaptarse, recurra a sus derivados. Pero recuerde: nunca consuma leche sin haberla hervido anteriormente, a fin de eliminar los microorganismos que sólo se manifiestan cuando entran en contacto con el aire.
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Ante cualquier duda consulte a su medico o terapeuta .
Fuente: Mia Link
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